Si usted es una mujer, migrante, retornada o de comunidad de acogida, que tiene un emprendimiento o idea de negocio, además de contar con las habilidades y destrezas para desarrollar su proyecto, debe considerar desafíos adicionales.
Toma de decisiones: Para ello, es importante contar con autoconfianza. Además, puede buscar apoyo psicosocial en los Centros Intégrate, secretaría u oficina de la mujer de su ciudad, que trabajan por el empoderamiento de las mujeres y la igualdad de género.
Relacionamiento y negociación: Si siente que es una habilidad de aún debes mejorar, exhortan a buscar cursos de formación (virtuales o presenciales), lecturas e incluso videos de otras mujeres lideresas y empresarias que puedan inspirarla, para darle herramientas y recomendaciones que puedas ir poniendo en práctica poco a poco.
Labores de cuidado: Si en el núcleo familiar hay personas con idoneidad para realizar tales labores (esposo, hijo o hermano, adulto u otro), aconsejan dialogar y buscar la forma de distribuir tales responsabilidades. Sin duda, este tema plantea varios retos relacionados con las habilidades básicas de cualquier emprendedor o empleadora: comunicación asertiva, negociación, organización, asignación de roles y delegación de responsabilidades.
Sesgos para los negocios: Enfatizan que hay que ser profesional con el emprendimiento. Estos aspectos ayudarán a despejar dudas respecto a hacer negocios con una emprendedora migrante, brindará credibilidad y confianza para fidelizar a esas personas como los mejores aliados del negocio.