La Comisión Europea vuelve a intentar poner en marcha un mecanismo común para gestionar el problema que supone la llegada incesante de aspirantes al asilo y de emigrantes económicos procedentes de todo el mundo. La presidenta Ursula von der Leyen presentó este miércoles un nuevo plan basado en una solidaridad a la carta en la que los países podrán optar ya sea por acoger a los refugiados que tengan derecho a permanecer en la UE o bien por colaborar en las operaciones y los gastos para la repatriación rápida de aquellos que no cumplen las condiciones para quedarse. No está claro que esta fórmula sea aprobada por los países miembros y menos aún que se acabe cumpliendo, pero la nueva presidenta quiere dejar constancia al menos de que ha intentado plantear una nueva fórmula creativa y flexible que tal vez pueda cambiar la situación del problema.