Han pasado seis años desde que se firmó el Acuerdo Final de Paz con las extintas Farc y las comunidades indígenas siguen siendo objeto de las violencias cometidas por distintos actores armados. La Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC) publicó su informe anual en el que evidenció el recrudecimiento del conflicto en los territorios ancestrales, especialmente durante 2022. A la entidad le hubiese gustado “evidenciar en este informe la disminución o cese de acciones de violencia armada en los territorios ancestrales para 2022″; sin embargo, no fue así. Las situaciones que registró dan cuenta de una crisis humanitaria en los pueblos indígenas debido al control del territorio, las rentas derivadas del narcotráfico y la extracción de recursos naturales. El Observatorio de Derechos Humanos de la ONIC señaló que el año pasado “corresponde al más violento para los pueblos indígenas en Colombia” desde que se firmó el Acuerdo Final de Paz en 2016. En total, hubo 453.018 víctimas durante 2022, siendo el confinamiento, el desplazamiento forzado y el hostigamiento las acciones que agudizaron la vulneración de derechos humanos de la población.