El tamaño, la complejidad, el alcance de este movimiento humano enorme de un país que no está en guerra es algo…”, indescriptible. Esa pudo ser la palabra que buscó Eduardo Stein, Representante especial de Acnur y OIM para refugiados y migrantes en la región, quien antes de viajar luego de recorrer La Parada (Villa del Rosario) dijo tener “el corazón enjutado”, o arrugado.