El oscuro fenómeno de las desapariciones de migrantes venezolanos en Colombia ha generado preocupación y desesperación entre las familias afectadas. La Fiscalía General de Colombia ha registrado 288 casos de desapariciones forzadas de venezolanos desde 2015, mientras que el Instituto Nacional de Medicina Legal estima que la cifra real podría ascender a cerca de 1.500 personas. Esto se ha convertido en una sombría realidad en medio de la crisis humanitaria y económica de Venezuela. A pesar de tener derecho a permisos de residencia de 10 años, se enfrentan a la falta de empleo formal y discriminación. Además, la violencia interna de Colombia agrava su situación. Pandillas y grupos armados aprovechan la vulnerabilidad de los migrantes venezolanos para reclutarlos por la fuerza, explotarlos y, en ocasiones, provocar su desaparición. La falta de recursos, la ausencia de redes de apoyo y la situación legal irregular los convierten en blancos fáciles. Las desapariciones forzadas de migrantes venezolanos en Colombia constituyen una tragedia que exige una respuesta humanitaria y efectiva. Para abordar este problema, se debe fortalecer la colaboración internacional, mejorar las condiciones de vida de los migrantes y brindarles acceso a la justicia. Es fundamental que las autoridades colombianas y la comunidad internacional trabajen juntas para poner fin a esta dolorosa realidad y brindar esperanza a quienes buscan una vida mejor.

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