Organizaciones humanitarias y asociaciones de inmigrantes denunciaron este jueves el desalojo en Bogotá de decenas de familias venezolanas y otras personas vulnerables que no pueden pagar el arriendo de sus habitaciones debido a que la cuarentena por el COVID-19 les impide trabajar.
Las víctimas son personas que se ganan la vida en las calles de la ciudad y al no poder asumir un alquiler mensual pagan un hospedaje diario en hoteles de mala muerte o pensiones del centro donde ya no son aceptados por falta de dinero. La asociación Venezuela Proactiva alertó de que en el barrio de Santa Fe, conocido por ser una zona de prostitución, posadas y hoteles «pagadiarios», han expulsado a numerosas familias, con niños incluidos, a los que no les queda más remedio que pernoctar a la intemperie, con el agravante del frío bogotano.