Así es. Cúcuta y la zona fronteriza de Colombia piden auxilio a gritos. En solo seis meses hemos visto un carro bomba dentro de una instalación militar, dos artefactos explosivos en el aeropuerto y disparos contra el helicóptero que transportaba al presidente Iván Duque. Esto, en una de las ciudades capitales más importantes de Colombia, que a su vez se encuentra asfixiada por el desempleo, la pobreza, la informalidad y la llegada de migrantes que necesitan apoyo. Ya vimos a dos policías asesinados y la comunidad ha reportado un aumento de masacres, extorsiones y amenazas. ¿Cuándo el Estado podrá demostrar que tiene cómo proteger a los ciudadanos?. Cúcuta y los municipios del Catatumbo en Norte de Santander están atrincherados en el pasado, en medio de balas cruzadas y una institucionalidad frágil.