Los altos índices de desempleo y el crecimiento de la economía informal, hacen de Cúcuta, capital del departamento colombiano de Norte de Santander, una ciudad inadecuada para los migrantes venezolanos, así lo aseguró Juan Carlos Cortés, secretario de frontera y cooperación internacional. “La xenofobia ha crecido, el hecho de que ahora use sus servicios y ocupe algunos puestos de trabajo –en una plaza que ya es dura para el colombiano-, ha elevado un malestar que se traduce en rechazo”, recalcó. Otro punto que Cortés trajo a colación es el arribo de niños venezolanos a los planteles educativos, sobre todo en Villa del Rosario, donde la población en general ha crecido en más de un 30%, debido al continuo éxodo.