El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) entregó este jueves a Panamá un centenar de nichos para sepultar a migrantes irregulares que mueren en su travesía por la inhóspita selva del Darién, fronteriza con Colombia. En medio de viejas tumbas y cruces devastadas por el tiempo, los nichos fueron construidos en el cementerio municipal de la aldea El Real de Santa María, unos 300 kilómetros al sureste de Ciudad de Panamá. El nuevo panteón tiene 50 sepulcros a cada lado y cerca de él gallinas picotean el suelo, mientras una lagartija toma el sol sobre las lápidas de piedra y una culebra yace muerta sobre la hierba. Los nichos de cemento fueron entregados por el CICR a las autoridades panameñas, desbordadas por la gran cantidad de migrantes que ingresan por esta frontera selvática desde Colombia en busca del sueño americano.