Decenas de ciudadanos venezolanos usan calles y espacios públicos como hogares provisionales en la fronteriza ciudad de Huaquillas (El Oro), limítrofe con Perú, ante la imposibilidad de poder continuar su camino al vecino país del sur o de movilizarse hasta Chile. La crisis migratoria en el cantón ecuatoriano se inició el pasado lunes 25 de enero del 2021, cuando las Fuerzas Armadas peruanas desplegaron a más de 1 200 militares para bloquear el ingreso de inmigrantes en hasta 30 pasos clandestinos en límites entre los dos países. Amnistía Internacional urgió el pasado jueves al Gobierno de Perú a retirar a los militares de la frontera y limitar su uso en labores de control migratorio a fin de “evitar una tragedia” y cuestionó el uso de las armas “para intimidar a la población que tiene derecho a buscar protección internacional”. Pero hasta este domingo 31 de enero la militarización de la frontera continuaba y el número de migrantes venezolanos varados en Huaquillas fluctúa entre 250, según organizaciones de asistencia, y más de 500, de acuerdo con el Municipio de Huaquillas.