El poblado de Soacha ya no tiene fronteras claras que la dividan de Bogotá, la capital colombiana, sus habitantes van y vienen diariamente, soportando el denso tráfico que puede llevar, desde el corazón de la gran ciudad, más de una hora de recorrido. No es un barrio marginal, como algunos creen, es un municipio ubicado al sur de la Sabana, que desde finales de la década de los noventa se convirtió en uno de los principales municipios receptores de desplazados del conflicto armado, y desde 2018 de migrantes venezolanos. Según información entregada por la Unidad para la Atención y Reparación Integral de las Víctimas, entre el año 2005 y el primer semestre de 2022 llegaron a Soacha 40 mil 90 personas desplazadas. Los periodos más críticos fueron entre 2005 y 2009, y entre 2013 y 2014. Ambos momentos coinciden con procesos de diálogos entre gobiernos y grupos armados ilegales. Para entender el panorama, basta con ver la cifra de menores de edad matriculados en colegios de Soacha. Revela que en las distintas instituciones se matriculan cada vez más niños, niñas y adolescentes migrantes. Las cifras van en aumento. En 2019 estaban matriculados mil 799 niños, para 2020 aumentó a 3 mil 878, en 2021 subió a 4 mil 639 y en 2022 la cifra llegó a 7 mil 98.