Un grupo de por lo menos unos 250 venezolanos lleva varias semanas en las riberas del río Casanare, al lado de Arauca, a la espera de poder atravesar este departamento y retornar a su país. En total, desde el pasado 6 de abril han llegado cerca de 1.500 venezolanos, algunos de ellos incluso procedentes de Ecuador y Perú, que quieren retornar a su nación a través del estado Apure. El punto es que en Arauca no los dejan pasar a pues, en la medida que hasta la frontera es un recorrido de unos 150 kilómetros en el cual deben pasar por más de una docena de poblados, lo que representa un riesgo en la época del coronavirus. Y en Arauca capital tampoco están dispuestos a recibirlos debido a que Venezuela solo permite un retorno diario de un determinado número de sus conciudadanos. Por eso, como medida de protección se definió que los venezolanos que lleguen a ese departamento deben permanecer en el límite con Casanare, en el sitio de San Salvador, hasta tanto se les pueda garantizar que tendrán transporte terrestre hasta la frontera y que las autoridades del vecino país los recibirán.