“Soldados atacados por un francotirador del grupo armado organizado Eln en Tibú, deja un soldado muerto”. “Atacaron con explosivos una patrulla de la policía en la Ye de Astilleros”. “El Zulia registra un nuevo atentado: tres civiles resultaron heridos”. Los anteriores son algunos de los titulares que han predominado en los medios de comunicación y que dejan al descubierto la violenta realidad que se viven los nortesantandereanos.
El flagelo de la violencia continúa siendo persistente en esta parte nororiental del país, y son la Fuerza Pública y la población civil quienes deben hacerle frente a esta cruda realidad, la cual, ahora, especialmente tras la ruptura de los diálogos de paz con la guerrilla del Eln, que se niega a perder poder y control en el territorio.
“La situación de guerra que se vive en los territorios es realmente lamentable. La escalada de violencia que se presenta solo está dejando a su paso dolor y muchas heridas. Alrededor de 12 miembros de la Fuerza Pública están muertos y en la mayoría de los casos la población civil se ve atrapada entre los ataques”, advierte Enrique Pertuz, presidente del comité ejecutivo del Consejo Departamental de Paz de Norte de Santander.