Aunque las cuatro masacres perpetradas en lo que va corrido del año, las muertes selectivas, los desplazamientos que se han dado, las extorsiones y la zozobra que crece con el paso de los días dejan más que en evidencia la disputa territorial a la que se enfrentan desde hace algunos meses los habitantes de la zona rural de Cúcuta y de otros municipios como El Zulia, Puerto Santander y Villa del Rosario, el reconocimiento público que acaba de hacer el grupo guerrillero tiene unas implicaciones y una connotación importante en el plan de seguridad que, desde distintos frentes, le piden a gritos al Gobierno Nacional. En febrero pasado, después de un consejo de seguridad que tuvo lugar en la ciudad con presencia del ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, el Gobierno anunció justamente la puesta en marcha de un “plan de seguridad fronterizo estratégico e interagencial para impactar a los grupos armados ilegales”. Pese al anuncio hecho hace ya seis meses, los resultados del sonado plan no son los esperados y, en contraste, el fortalecimiento de grupos como el Eln parecieran ir en ascenso.