A cada día de 2019 podría bautizársele con el nombre de un líder social asesinado. Solo han transcurrido seis jornadas y seis personas que ejercían el liderazgo murieron de manera violenta a manos de hombres armados que querían acallar su voz e invisibilizar para siempre su trabajo comunitario. En estos días no puede hablarse de una comunidad en específico sino de un país entero que sufre la pérdida de sus gestores. Los homicidios se presentaron en Cauca, Valle del Cauca, Norte de Santander, Antioquia y Magdalena.