Sin alimentos o un lugar donde pasar la noche, miles de migrantes venezolanos quedaron desamparados tras el cierre de varias casas de paso, por la pandemia de COVID-19. Pero un grupo de voluntarios sale cada noche para brindar asistencia a quienes lo necesitan. El albergue Vanessa, en Pamplona, al norte de Santander en Colombia, recibía a muchos de los caminantes que viajan kilómetros de uno y otro lado de la frontera entre Colombia y Venezuela. Pero una orden municipal, por motivo de la pandemia, le obligó a cerrar sus puertas. Por este motivo y a raíz de la necesidad que enfrentan miles de migrantes en su paso por la zona, Vanessa Peláez, quien es la coordinadora del albergue Vanessa y un grupo de voluntarios salen cada noche para entregar alimentos, abrigos y kits de primera necesidad.