Cientos de migrantes en Islandia están afectados por los cambios en la ley de inmigración aprobada en marzo por el Parlamento, que entró en vigor a finales de junio. El texto prevé que los solicitantes de asilo pierdan todos los derechos, desde la vivienda hasta la asistencia médica, 30 días después de recibir una respuesta negativa a su petición. Unos han aceptado una repatriación voluntaria y otros se encuentran sin techo a las afueras de la capital. El abogado Magnus Nordhal dijo que “80% de los solicitantes de asilo cuyas solicitudes son rechazadas permanecen en el país, sin derechos y viviendo en la calle. Sufren los efectos de una ley sin sentido y se ven obligados a permanecer en un limbo sin fin”. “Estas personas no gozan del estatus de refugiados, no pueden trabajar legalmente y no son deportados: solo pueden intentar sobrevivir, sin ningún derecho”, destacó. A Islandia llegaron mil 209 venezolanos en 2022, el mismo número registrado en tan solo el primer semestre de 2023.