La muerte del niño Yoriángel Alonso Román, de dos meses de nacido, ocurrida la semana pasada es una muestra evidente de que los caminantes que llevan menores de edad necesitan que las autoridades nacionales y organismos internacionales que ofrecen ayudas humanitarias, les garanticen al menos el transporte para que pasen sin dificultades la región de páramo. Desde que emprenden el corrido desde Cúcuta, localizada a 320 metros sobre el nivel del mar, tienen que sortear todo tipo de situación como caminar bajo el sol largas jornadas, sortear el polvo, humo de los vehículos, la sed, hambre y la lluvia.