Palos, plásticos, varillas, lazos y cartones sostienen los campamentos que casi 200 migrantes han construido en el municipio de Chía, una población aledaña a la ciudad de Bogotá. La razón: la mayoría son caminantes que, al perder sus trabajos y viviendas, en medio de la coyuntura de la pandemia de la COVID-19, decidieron emprender el camino de regreso a su país, Venezuela. Desde hace siete días, tres líderes de esta población comenzaron a organizarse en un área comercial, junto a una estación de gasolina, para poder dormir y descansar. El director General de Migración Colombia, Juan Francisco Espinosa Palacios, señaló el domingo que para el retorno voluntario de ciudadanos venezolanos, se viene implementando un protocolo con las diferentes alcaldías y gobernaciones del país, con el fin de evitar aglomeraciones.