Por la avenida Venezuela, en San Antonio del Táchira, no solo transitan a diario miles de ciudadanos para cruzar a Colombia. Pegados a las islas, que dividen a la convulsa arteria vial, están decenas de vendedores informales que ofrecen variedad de productos. Esta vía se ha convertido en el “salvavidas” para quienes han huido de sus regiones como consecuencia de la crisis. Algunos, por no poseer los documentos en regla para salir del país, se unen a la informalidad de la frontera; otros, alertados por la ola de xenofobia o por no contar con los recursos necesarios, ven en la zona una especie de “alivio”.