Entre 400 y 500 venezolanos llegan cada día a Chile tras cruzar la frontera de Bolivia, con “necesidades críticas” a las que el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur) se ha comprometido a responder aumentando su ayuda en la zona norte chilena. La mayoría de quienes llegan a Chile lo hacen a través de pasos irregulares, por ejemplo atravesando el desierto de Atacama, y corren el riesgo de sufrir todo tipo de abusos. Llegan a pie, sin ropa adecuada para soportar las bajas temperaturas -de hasta 20 grados bajo cero por la noche en pleno desierto-. Al menos 21 personas han muerto en la frontera norte de Chile en lo que va de año y, quienes consiguen completar el trayecto, lo hacen en su mayoría hambrientos y debilitados. A su llegada, se ven abocados en muchas ocasiones a dormir al raso y, al no tener documentación, no pueden lograr un mínimo sustento o seguir el viaje.