La necesidad obliga a los venezolanos a comprar medicinas a vendedores informales en el puente que une a Colombia con Venezuela. Pueden estar vencidos, dañados o ser un placebo. Pero la escasez y la hiperinflación en su tierra empujan a muchos a adquirir cualquier opción que esté al alcance de sus posibilidades. Incluso un fármaco a un precio sospechoso promocionado por un desconocido en el puente internacional Simón Bolívar. “Hay mafias básicamente que se dedican a falsificar medicamentos”, dice a AFP Alejandro Gaviria, exministro de Salud (2012-18) de Colombia. “Está viniendo mucha gente y no hay control de calidad”, apunta.