Desde el año 2015, al menos unas 300 trochas ubicadas a lo largo de la frontera colombo-venezolana han perjudicado al comercio binacional. Así lo afirma el economista, Dilio Hernández, quien asegura que entre los mayores afectados se encuentran los consumidores, debido al encarecimiento de los productos generado por los impuestos paralelos creados en estos pasos ilegales.  Hernández expresa que con el cierre de la frontera hace 7 años, se formó una estructura delincuencial que está controlada por actores fuera de la ley. Además del surgimiento de aduanas paralelas controladas por grupos irregulares de los que forman parte contrabandistas, delincuencia organizada e incluso funcionarios de los organismos de seguridad. Manifiesta que estos pasos irregulares producen una evasión fiscal importante porque no hay un control sobre ellos. “Estos pasos no beneficia ni a la gente común y corriente, como tampoco beneficia al Gobierno porque deja de percibir recursos importantes”. Asimismo, Hernández precisa que una gran suma de dinero pierde el Estado de la evasión fiscal producida por el paralelismo fiscal existente en estas trochas que rompen con todas las normas de comercio internacional. Estima que la evasión y extorsión es de al menos 2 mil millones de dólares anualmente.

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