En la jerga les dicen «caminantes». Pero no es poesía ni aventura lo que los motiva. Son los inmigrantes venezolanos que cruzan la frontera terrestre y los que también llegan por barco, y que emprendieron su partida a pie. Es el dato más resonante del último año en la Argentina, donde la diáspora venezolana muestra un cambio profundo en su forma de entrada. Comparando estos nueve meses de 2019 con los de 2016, el ingreso terrestre, es decir por pasos fronterizos creció exponencialmente: un 531%, más de 6 veces. Por vía marítima y fluvial, se duplicó, según publicó el diario argentino Clarín.