En Colombia, al día de hoy, y según el último informe de Migración con corte de diciembre de 2024, hay 2.815.611 personas provenientes de Venezuela con vocación de permanencia en el país. Sin embargo, esta cifra ha ido creciendo desde hace 10 años cuando se dio el cierre fronterizo, pues en 2015 apenas llegaba a 31.471 migrantes, pero en 2018 el pico en cifras fue de 1.174.743 personas, y así progresivamente hasta los números que hoy se tienen.
El fenómeno de movilidad humana de los venezolanos, considerado uno de los más grandes e importantes de estos tiempos, obligó a Colombia a mover y desempolvar tratados internacionales y marcos normativos a los cuales estaba suscrito el país desde mucho antes del 2015, pero que poco había implementado.
Colombia acostumbrada a ser un Estado expulsor de migrantes, no había robustecido sus políticas migratorias en temas de recepción de personas en condición de movilidad. Y le tocó hacerlo con la gente dentro de la casa, es decir, sobre la marcha.
El Gobierno de Iván Duque estableció esta ruta de tres años en la implementación de estrategias con una inversión de aproximadamente 422.779 millones de pesos. La importancia de este documento radica en que por primera vez el Gobierno colombiano cambia la forma de abordar el fenómeno de movilidad venezolano en el país, es decir, pasa de una gestión reactiva a una de planificación a largo plazo.