La muerte no se quiere ir de la trocha La Marina, ubicada en La Parada, Villa del Rosario. El retumbar de las balas en esa zona de frontera se volvió costumbre para los finqueros y ahora residentes venezolanos, que levantaron a la orilla de una quebrada, ranchos improvisados de palos y cobijas, para vivir allí sin importarles que quedan a la merced de los violentos. Aunque las autoridades han querido controlar estos pasos ilegales fronterizos, en La Marina no hay quien ponga freno. Solo entre octubre y noviembre, han asesinado a cinco hombres. Pese a estos hechos lamentables que se han registrado en el último mes, la Policía de Villa del Rosario no ha querido tener un patrullaje constante por ese sitio. Además, las tropas del Ejército que fueron asignadas para esa zona fronteriza tampoco se ven por el lugar.