Atravesar el puente internacional Simón Bolívar tarda cuatro minutos, y ya se está en San Antonio. La vivacidad y el fuerte movimiento comercial de La Parada, su contraparte fronterizo, contrasta con la realidad de la ciudad venezolana. Según Isabel Castillo, presidenta de la Cámara de Comercio, la frontera pasó de generar 7 mil millones de pesos al año, a ser una frontera fantasma, colmada por la ilegalidad.