UNICEF | Estado Mundial de la Infancia 2021. Resumen regional: América Latina y el Caribe
Cuando la pandemia del coronavirus llegó al mundo en 2019, estas intensas emociones se apoderaron de la vida de muchos millones de niños y niñas, jóvenes y familias. Sobre todo al principio, los expertos temían que perduraran y que afectaran a la salud mental de toda una generación. La realidad es que tardaremos años en evaluar la verdadera repercusión de la COVID-19 sobre nuestra salud mental. Aunque el virus pierda fuerza, los efectos económicos y sociales de la pandemia perdurarán: afectarán a los padres y las madres que pensaron que ya habían dejado atrás sus peores experiencias y que, sin embargo, vuelven a tener dificultades para darles de comer a sus bebés; afectarán al niño que se quedó rezagado después de meses sin poder ir a la escuela; y también afectarán a la niña que tuvo que abandonar sus estudios para trabajar en una granja o una fábrica. Esos efectos seguirán socavando las aspiraciones y los ingresos conseguidos a lo largo de toda la vida de una generación que se vio obligada a interrumpir su educación.