Para ingresar a México desde Guatemala, Ana María pagó $250 a un grupo criminal. No tuvo otra opción para evitar ser secuestrada por bandas que transformaron la crisis migratoria en un negocio millonario.
Hondureña de 26 años, fue extorsionada en la fronteriza Tecún Umán, Guatemala, donde llegó con tres hijas en su viaje hacia Estados Unidos.
Su historia refleja una actividad que se extiende desde la selva colombo-panameña del Darién hasta la frontera entre México y Estados Unidos. Esta red incluye desde servicios de “coyotes”, también llamados “guías”, alojamiento y transporte, hasta secuestros.
El tráfico de migrantes genera entre $7.000 y $10.000 millones anuales a los criminales en todo el mundo, según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI).
La fuente parece inagotable. En 2024, México procesó a 925.000 indocumentados, mientras Estados Unidos registró 2,1 millones de encuentros con migrantes en su frontera durante el año fiscal que concluyó en setiembre.