Desorientados y preocupados, miles de extranjeros intentaban regularizar su estatus migratorio en Chile tras la promulgación de una nueva ley, que según el gobierno, busca «ordenar la casa», y que facilita la expulsión administrativa de extranjeros irregulares. La nueva ley, promulgada el domingo después de ocho años de tramitación en el Congreso, busca, según el presidente Sebastián Piñera, “ordenar la casa” luego de la ola de migrantes que llegaron a Chile desde el 2014 y que superan los 1,8 millones de personas, sobre una población total de 19 millones de habitantes. El gobierno estima que en los últimos dos años unas 20.000 personas han ingresado al país de manera irregular. Se trata principalmente de venezolanos que escaparon de la crisis en su país. La nueva norma hace una distinción entre quienes entraron al país por pasos habilitados y quienes lo hicieron por lugares clandestinos.