En 2025, la migración venezolana se mantiene como el mayor desplazamiento forzado en la historia reciente de América Latina. Con 7.9 millones de personas viviendo fuera del país, la diáspora equivale al 22 % de la población original de Venezuela y ha transformado no solo la realidad social interna, sino también la de los países receptores. Las remesas, que alcanzan cifras récord, se han convertido en un salvavidas económico para millones de hogares, al tiempo que la integración laboral enfrenta obstáculos marcados por la informalidad, la discriminación y la falta de regularización.