La frontera con Venezuela, por Norte de Santander, se ha convertido en el último mes en el escenario de sangrientas confrontaciones entre colectivos chavistas y miembros de una banda delincuencial, conocida como Línea, que se disputan el control de las rentas ilegales derivadas del contrabando y del paso irregular de migrantes. En lo corrido de este año, las autoridades colombianas han atendido cinco acciones armadas sobre la línea divisoria, que separan al área metropolitana de Cúcuta con las poblaciones venezolanas de San Antonio y Ureña. El saldo de estas arremetidas, que incluso han desencadenado en balaceras en inmediaciones a los puentes internacionales, son de seis muertos y cerca de cinco heridos.