Recientemente, Human Rights Watch alertó sobre los riesgos que enfrentan los niños en el Catatumbo. Según el informe de la organización, “las niñas y los niños migrantes venezolanos en el Catatumbo que no van a la escuela enfrentan mayores riesgos de reclutamientos por parte de grupos armados”. El salón de clases protege a los niños del reclutamiento forzado y de otras vulneraciones a sus derechos, como abuso o explotación sexual, consumo de sustancias psicoactivas y la trata con fines de mendicidad. Además de ser un refugio, “las instituciones educativas permiten identificar otros tipos de vulneraciones que pueden estar sufriendo los niños”, dijo Karen Molina, gerente de la oficina de Save the Children en Arauca.