Denuncian maltrato hacia migrantes venezolanos en cárcel de Ecuador
junio 1, 2020
Suspendieron viajes humanitarios de Bogotá hacia la frontera
junio 2, 2020
Juan Frío: la trocha que no duerme

Si va en moto, la persona puede tardar, como mucho, 15 minutos desde el centro de San Antonio del Táchira hasta la rampa que da inicio a la trocha bautizada como “Juan Frío”, en la populosa comunidad de Llano de Jorge. Al descender la empinada cuesta, grupos de venezolanos, dedicados al rebusque, empiezan a ofrecer sus servicios. “Le cuidamos la moto”,  gritó un joven mientras en la entrada de su casa una señora lanzaba su frase gancho: “se la cuido por 500 o 1.000 pesos, todo depende del tiempo que dure en regresar”, recalcó. Algunos toman la oferta, otros simplemente deciden caminar por el sinuoso trayecto: a veces empedrado, otras veces cubierto de una arena que las fuertes ventiscas suele levantar, tapando la visibilidad y ralentizando el paso. También, en un punto en específico, se torna cuesta arriba.  La quietud del lugar se interrumpe con los pasos, unas veces acelerados, y otras veces fatigados, de quienes van y vienen de Colombia. De regreso a Venezuela, lo que acompaña a cada quien, varía. La mayoría viene con sus bolsas de mercados. Algunos las cargan en sus hombros, otros pegadas a su pecho. Si son pequeñas, las sujetan en sus manos. Además del mercado, están quienes pasan con sus pimpinas. Y es que ante la escasez de combustible venezolano, es común ver en la jurisdicción de Bolívar y Pedro María Ureña, ventas de gasolina colombiana. Se conoce por su color, un amarillo claro, “y hasta por su olor”, dicen los avezados en el tema.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *