Ya no sabemos qué hacer con tanto migrante en el municipio. Si no están pidiendo en las casas, en los negocios o en las calles, entonces se dedican a deambular por todas partes. Son muy pocos los que trabajan”, dijo Yesid Rojas, habitante de Villa del Rosario, quien asegura que, a la administración municipal, el control de los migrantes se le salió de las manos, pues cada vez son más los que llegan a la región. Aunque los pasos fronterizos continúan cerrados, los ciudadanos del vecino país se valen de los pasos ilegales para llegar al lado colombiano: algunos en busca de comida y medicina, otros con la ilusión de encontrar un empleo y mejorar sus condiciones de vida, pero una gran mayoría está sin rumbo fijo, pues ocasionan caos en el municipio durmiendo en las calles, pidiendo limosna, etc. Ante esta situación, el gobernador de Norte de Santander, Silvano Serrano aseguró que está activado un plan liderado desde Norte de Santander, en donde se va a coordinar con los gobernadores y alcaldes del país para establecer un protocolo de atención a la población migrante.