Aunque el papa Francisco no pisó tierra cucuteña durante su recorrido de cinco días por Colombia, que culminó el pasado domingo, su aura de entrega y de consagración al más necesitado contagió a los habitantes de esta zona de frontera con Venezuela, donde una comunidad de religiosos se propuso a calmar el hambre de niños y mujeres provenientes del vecino país con su milagrosa caridad.
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