El caso de Dailymar Machado, joven venezolana que fue deportada de Estados Unidos y separada de su bebé en julio de 2024 cuando la niña tenía 5 meses de nacida y que solo ha visto a su hija a través de videollamadas, es parte de los 18 menores de edad venezolanos que están en Estados Unidos y cuyos padres fueron deportados al país. Las madres se encuentran todas en Venezuela, pero algunos de los padres están entre los 252 venezolanos presos en El Salvador.
El caso de estos niños venezolanos no es el único. Según estudio de abril de este año del Center for Migration Studies y el Brookings Institution, 5,62 millones de niños viven en hogares donde al menos uno de sus miembros se encuentra en situación migratoria irregular, por lo que estos menores de edad corren el riesgo de ser separados de sus familias por decisiones administrativas.
El abogado Kelvi Zambrano, de la ONG venezolana Coalición por los Derechos Humanos, considera que el derecho internacional de los derechos humanos es muy claro con respecto a los niños, los cuales “no pueden ser separados de su madre salvo en circunstancias excepcionales y siempre que sea en el mejor interés del niño”.
La explicación del defensor de derechos humanos, quien además acompaña a algunas familias de los 252 venezolanos presos en El Salvador, se fundamenta en instrumentos internacionales como la Convención sobre los Derechos del Niño, la Convención Americana sobre Derechos Humanos y la Declaración Universal de Derechos Humanos.