María, madre de dos hijos, viajó al otro lado del mundo desde su Venezuela natal en busca de una vida mejor. Pero la engañaron para prostituirse y terminó encerrada varios meses en un centro de detención de Albania.
La venezolana, de 38 años, es una de las muchas mujeres que cada año acaban siendo víctimas de redes criminales internacionales, que les ofrecen una manera de entrar Europa y ganar mucho dinero dedicándose a la prostitución.
La policía internacional desmanteló la semana pasada una red «altamente organizada» que explotaba a más de 50 mujeres como María, que testificó para AFP con un nombre modificado para protegerse.
Según Europol, la policía arrestó entonces a 17 supuestos traficantes que habían traído a mujeres latinoamericanas a Albania y Croacia.
Las mujeres acabaron atrapadas como trabajadoras sexuales ilegales en Albania o explotadas en otros países europeos.