El conflicto armado no cesa en el Catatumbo. Hoy, cuando se cumplen 14 días desde que el sonido de las balas rompió con la tensa calma que se vivía en la zona desde hacía meses, alertada por la Defensoría del Pueblo y otras organizaciones defensoras de derechos humanos, el incontenible éxodo masivo de personas desde esa región, huyendo de la guerra, es el principal síntoma de que la situación no mejora.
A corte del pasado 27 de enero, de acuerdo con cifras del Puesto de Mando Unificado de la gobernación de Norte de Santander, la cantidad de personas víctimas de desplazamiento forzado ya era de 49.021, y las posibilidades de superar el umbral de los 50.000 eran de prácticamente un100 por ciento.
Y es que aunque el flujo de desplazados ha bajado considerablemente en comparación con los primeros días de la crisis -1.017 personas fue la variación entre el 26 y 27 de enero- la movilidad es constante, y a ese ritmo “la mitad del Catatumbo está quedando vacía”, dijo Luis Fernando Niño, alto consejero para la paz de Norte de Santander.
Richard Claro, alcalde de Tibú, uno de los principales municipios afectados por el conflicto, aseguró que de acuerdo con la medición que maneja la administración, han salido alrededor de 12.300 personas, es decir, un 18 por ciento de la población total del municipio, que está por el orden de los 65.000, mientras que 17.733 se encuentran en confinamiento.