La región del Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander, enfrenta una de las crisis humanitarias más graves de los últimos años. Más de 52.000 personas han sido desplazadas en los últimos diez días, debido a los enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las Farc, mientras que otras 12.000 permanecen confinadas en sus hogares.
La violencia ha dejado un saldo de al menos 52 cadáveres registrados oficialmente, aunque se sospecha que el número real de víctimas podría superar los 80.
La confrontación entre estos grupos armados no solo ha generado un éxodo masivo, sino que también ha paralizado la economía local, afectado la educación y puesto en riesgo la vida de los habitantes.
En medio de esta guerra, el ELN ha implementado una estrategia que incluye el despojo de tierras, la siembra de artefactos explosivos y la infiltración en refugios de desplazados, con el objetivo de consolidar su control territorial y frenar el retorno de las familias que consideran afines a las disidencias de las Farc