El panorama parece haberse aquietado con la reciente decisión del juez federal Edward Chen, quien el viernes falló en contra del Gobierno de Trump para bloquear el fin del TPS para unos 600.000 venezolanos.
La noticia fue celebrada por la comunidad venezolana. Sin embargo, los efectos de la medida han sido igualmente sustanciales en muchos casos.
Abogados de inmigración afirman que hay beneficiarios del TPS cuyas protecciones terminaron en abril que ya fueron despedidos de sus empleos, detenidos o separados de sus hijos ciudadanos estadounidenses. Incluso aseguran que algunos han sido deportados.
Otros ven cómo cada día su rutina se hace más difícil: se quedaron sin sus licencias de conducir y sin fuentes de trabajo, mientras intentan entender detalles legales e implicancias de las decisiones del Gobierno de EE.UU.
A las personas que tienen estatus legal “se las está convirtiendo en ilegales”, dice a CNN Ros-Ana Guillen, abogada de inmigración en Miami. Describe estos meses como “una montaña rusa de emociones” para los venezolanos.