La noche del martes y madrugada del miércoles fue tensa e infinita para las más de 200 familias que habitan a orillas del río Táchira en el barrio La Playita, en límites con Venezuela y La Parada (Villa del Rosario).
Una creciente súbita del afluente que sirve de frontera a Colombia y Venezuela tomó por sorpresa a los moradores de este humilde sector del municipio histórico cuando apenas iba a caer la tarde. “Sentimos un ruido como cuando se arrastra algo sobre las piedras y al asomarnos a la puerta nos dimos cuenta que era el agua del río que corría por las calles de nuestro barrio”, relató ayer Humberto Gómez, un morador de La Playita desde hace 25 años.
Esta situación alcanzó a generar pánico entre los vecinos, porque pensábamos que la creciente iba a ser de gran tamaño, como la que se produjo en 2011 cuando el río Táchira embistió con toda su fuerza a La Playita y La Parada y arrasando unas 35 casas, dijo Gómez.
En medio de las dudas cayó la noche y así, en medio de la tensión y la zozobra por temor de que la creciente aumentara muchos, por no decir que todos en La Playita, pasaron la noche sin ‘pegar los ojos’ para estar atentos a salvaguardar las vidas de los niños y ancianos.