Especial La Opinión | Rostros de la calle: las sombras ocultas de Cúcuta

En Colombia, los habitantes de calle son todos aquellos que viven en condiciones extremadamente precarias en las calles de las ciudades. Estas personas suelen carecer de hogar y de recursos económicos estables, lo que las lleva a vivir en la intemperie o en refugios improvisados en espacios públicos. Muchos de ellos enfrentan problemas graves como la adicción a drogas o alcohol, la falta de acceso a servicios básicos como alimentación, salud y educación, así como también problemas de salud mental y la exclusión social.

Esta situación representa un desafío complejo que afecta a diversas ciudades del país y requiere la atención tanto de las autoridades gubernamentales como de la sociedad civil. Al final de la década de los 90, en Colombia se comenzaron a realizar censos sectoriales específicos para la población habitante de la calle. Estos censos recopilan datos detallados sobre las características y condiciones de vida de las personas que se encuentran en esta situación.

Las estrategias para abordar este problema suelen incluir programas de rehabilitación, atención médica y psicológica, programas de reinserción social y laboral, así como también medidas para prevenir el fenómeno de la habitabilidad en la calle. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, el problema de los habitantes de calle sigue siendo un desafío persistente que requiere una acción coordinada y sostenida de todos los sectores ciudadanos.

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