Los niños migrantes venezolanos viven con miedo de ser discriminados por su nacionalidad. En el caso de Adriana, cuando llegó a Perú no sabía lo que significaba la palabra xenofobia; tenía nueve años cuando dejó Venezuela junto a sus padres, pero la llegada a su nuevo hogar estuvo marcada por un rechazo a su origen. La suya es una historia más entre la de los 6,1 millones de venezolanos que han abandonado su país en los últimos años, según las cifras de la ONU, y que han acudido a buscar un presente mejor. Un gran desafío que cobra relevancia en jornadas como la de este lunes 20 de junio, Día Mundial del Refugiado. Solo en Perú, 1,3 millones de peruanos han encontrado su nuevo hogar en un país en el que el idioma y las similitudes culturales y del mercado laboral les hacen sentir en casa. Ellos, como muchos otros, han aportado a sus países receptores ideas y capital humano, pero se han enfrentado, como Adriana -que por seguridad oculta su apellido y la ciudad donde reside- a episodios de rechazo.