En una bomba de tiempo se ha convertido la frontera entre Colombia y Venezuela en medio de las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, ante la ocupación, prácticamente del 100%, de las unidades de Cuidados Intensivos de Cúcuta, ciudad fronteriza colombiana, impactada por la gran cantidad de migrantes que, junto a la población local, requiere atención médica especializada ante el incremento de los contagios de Covid-19. Y es que la constante migración venezolana hacia territorio colombiano, sumado al retorno de migrantes a su país, para pasar las fiestas decembrinas, el incumplimiento de las medidas de distanciamiento social y las dificultades para aplicar los protocolos de bioseguridad en los más de 10 pasos ilegales de la frontera, tienen a punto de colapsar el sistema sanitario del departamento de Norte de Santander como lo indica el gobernador, Silvano Serrano.