El informe de Human Rights Watch (HRW), puso en evidencia la inexistente o escasa presencia del estado colombiano y la exposición de la población civil a los abusos de armados ilegales en Arauca. No solamente por la innegable presencia de éstos, sino por el abandono histórico que el estado ha tenido a su habitantes. Solo basta preguntarle a un transportador lo que sucede en las carreteras de Arauca, cuando la disidencia los tiene “carnetizados”, con una especie de salvoconducto para poder circular por la región, o simplemente preguntarles cuanto deben pagar de “vacuna” mensualmente y que pasa si no la pagan.