El sociólogo Tomás Páez Bravo se ha convertido en toda una autoridad para hablar del fenómeno migratorio venezolano. A su juicio concluye que: 1. las diásporas en el mundo siempre son buenas, porque aportan conocimiento, una nueva cultura, nuevas formas de ver y hacer las cosas; 2. las diásporas siempre disminuyen la pobreza global y terminan beneficiando no solo al migrante, sino también al país de llegada y al país de origen.